viernes, 12 de enero de 2024

Los Novatos y los críticos.

En el año 2009 El Hijo del Sicodélico tuvo su debut y despedida en el CMLL tras una presentación que fue tildada del peor debut de la historia. Tras su presentación salió de vestidores y se tomó algunas fotografías con los aficionados para después retirarse de la arena México. Jamás volvió a recorrer dichos pasillos.

Una cascada de comentarios negativos en internet e incluso en el programa “Tercera Caída” de TVC Deportes sucedieron a su malogrado debut. Es cierto que la presentación del junior contó con tres notorios yerros pero también lo es que la recién estrenada actitud de sabiondos de aficionados y comentaristas contribuyeron a magnificar los errores del debutante y restarle valor a sus aciertos. La reaparición de Electro y el debut de Axxel fueron por mucho peores pero cuando estos se produjeron los aficionados todavía no tenían esta actitud de aprovechar hasta el más mínimo error para dárselas de los más refinados y exigentes aficionados. ¿Qué tanto contribuyó el aluvión de críticas para que el CMLL no le diera ni un segunda fecha al Sicódelico? Solo el CMLL conoce la respuesta, pero a decir verdad los debuts suelen tener tantos errores que quedan en la intrascendencia y es que solo un pequeño porcentaje de luchadores suelen tener un debut exitoso. Criticar a un debutante por sus errores es tanto como criticar a una película porno por su falta de historia.

Desde luego que el ring no es la escuela y que quien sube a uno mínimo ya debe de tener los conocimientos básicos y la preparación física necesaria para no ser un riesgo para sus rivales y ellos mismos. No discuto lo anterior pero también es necesario recordar el absurdo que es querer contratar a jóvenes con experiencia al mismo tiempo que se les niega el espacio para que adquieran dicha experiencia. Ningún gimnasio puede preparar a luchador alguno para lidiar con la presión que implica luchar ante una audiencia, no hay forma de simular los nervios e imponderables a los que se enfrenta un luchador durante el desarrollo de su actividad y luchar en arenas chicas y mercados tampoco te prepara para hacerlo en auditorios más grande y de mayor prestigio.

A lo largo de estos años vi a luchadores que en su circuito de origen eran todos unos ases, ¡qué bárbaros! Por un momento creía estar ante la siguiente gran figura de la lucha libre y tras enterarme de que ingresarían al CMLL mis expectativas eran altas. Sin embargo, fueron esos mismos años los que me enseñaron que en la gran mayoría de los casos son los luchadores y no las empresas quienes cargan con mayor responsabilidad en la no obtención de sus metas. No soy de los que usan frases huecas del tipo “no les dieron la oportunidad” o “lo desaprovecharon” porque me consta la forma en la que los luchadores se autosabotean. Varios, acostumbrados al libertinaje del circuito independiente, incluso abandonaron los  arduos entrenamientos y obviamente ni siquiera  debutaron. Otros lo hicieron pero el escenario los intimidó, les dio pánico escénico y de esas saetas que eran en la liga del mole solo quedaron luchadores introvertidos. El caso es tan dramático que a varios de ellos los vi lucir en las arenas del CMLL en funciones organizadas bajo sellos independientes, ¿Qué pasó cuándo lucharon en esas mismas arenas pero bajo el logo del CMLL? Se cagaron los pantalones.

Hubo un tiempo que la compañía femenil LLF estaba con la mirada fina porque la gran mayoría de sus luchadoras estelares destacaban a nivel nacional e internacional. Eran muy certeros al momento de detectar talento y algunas de sus egresadas destacaron en el CMLL (Dark Angel, Princesa Sugehit y Diana la Cazadora) así que cuando se anunció la presentación de Polly Star, una de sus rudas estelares, había materia para pensar que lograría hacerse de un lugar entre Las Amazonas. ¿Qué pasó? Se hizo chica ante el escenario y su debut no le hizo justicia a las buenas reseñas que, semana a semana, obtenía en las revistas especializadas de la época. No volvió a ser programada. Si incluso a quienes tienen cierto nombre en el circuito independiente les cuesta debutar en una arena grande y bajo el sello de una gran empresa, ¿Por qué ponerle la vara igual de alta a aquellos que ni siquiera tienen un nombre en el circuito independiente?

Otro punto a tener en cuenta es la idealización de épocas. Esto propicia que algunos piensen que antaño los luchadores destacaban desde sus presentaciones cuando en realidad no fue así. El Santo logró el éxito hasta su enésimo personaje, Canek obtenía malas reseñas incluso tras su tercer defensa al campeonato mundial de la UWA, Mil Máscaras salió reprobado tras su debut y así por el estilo. Si nadie nace sabiendo e incluso nuestras máximas figuras pasaron por la vergüenza de tener malos debuts, ¿Por qué tanta saña con los novatos hoy día?

En el mismo orden de ideas, tras terminar una presentación, más de un consagrado recibió el lapidario comentario de “mejor dedícate a otra cosa, ¿Quién te dijo que eres luchador?”. Domenico Bazan, “El Audaz”, confesó que fue contratado por la familia Lutteroth precedido de las buenas reseñas que obtenía en las arenas chicas de Veracruz a pesar de que realmente no sabía luchar (solo era un simulador). El Vampiro Canadiense incluso debutó en la arena México sin tener experiencia en el ring. En más de una ocasión la vara no ha estado tan alta como nos dicen los nostálgicos. 

La lucha libre se aprende en el gimnasio, pero solo arriba de un ring y en frente del público se aprende a dar un espectáculo. Para colmo, lo aprendido en arenas chicas no necesariamente es útil en un gran escenario e incluso hay luchadores cuya experiencia en empresas grandes no funciona en otra del mismo nivel. La comprensión del escenario y del público, “el timming” en el uso de los recursos, la capacidad de reacción, el manejo de la audiencia, la de improvisación e incluso la de saber lidiar con rivales mala leche o ineptos, son habilidades que solo se aprenden en el ring y que no se adquieren en un par de meses.

En el caso del CMLL ya tiene décadas que quedó desarticulado el circuito que antaño servía para ir preparando a sus luchadores. Aquel que consistía en recorridos por plazas situadas en casa de la chingada y que continuaba en arenas de la periferia para su posterior presentación en la Pista Arena Revolución y eventual debut en la arena Coliseo. Este sistema fungía como filtro para que solo se presentaran los mejores en las plazas estelares. ¿Pero saben una cosa? Ni así se podía evitar el ridículo de los debutantes y varios “héroes de arenas chicas” fueron tales porque se quedaron estancados en dichos filtros y de ahí no salieron nunca.

Aquello de que a los gimnasios se inscriben cincuenta pero que al día siguiente solo regresan veinte y de estos solo debuta uno, es completamente cierto. También lo es de que entre los debutantes solo unos pocos entre cientos van a lograr trascender.

Actualmente el CMLL no tiene una estructura que le permita replicar aquellos filtros de los que hablé hace un momento y es por eso que las arenas Puebla y la coliseo de Guadalajara cobran especial relevancia para el desarrollo de su nuevo talento. A raíz de la pandemia la coliseo de Gudalajara creció en cuanto a cobertura y organización y apenas el año pasado en la arena Puebla se empezaron a construir los cimientos para generar más talento local.

Es obvio que no todos tienen un talento sobresaliente y que la mayoría son elementos de estilo convencional o incluso anacrónico pero este ejercicio DEBE de existir. Nadie más lo hará por el CMLL y si esta compañía quiere poder responder a una dinámica laboral en donde los jóvenes no están interesados en echar raíces en las empresas, tendrá que estar lista para tener más cartas sobre la mesa de las que habitualmente producía a efecto de llenar huecos a la brevedad.

Veamos el caso de las mujeres debutantes, ¿Por qué esperar que tras un cuatrimestre de luchar casi exclusivamente entre principiantes y gladiadoras de la liga del mole las integrantes de la llamada “nueva generación femenil” ya estén listas para cambiarle el rostro a Las Amazonas? La exigencia de algunos es completamente irracional. Apenas están haciendo sus pininos.

La arena Puebla tiene SETENTA AÑOS DE HISTORIA y apenas TRES MESES de contar con una liga femenil. ¿Siquiera se tiene idea de lo que implica lo anterior? Existe un rezago histórico y seria absurdo e injusto pedirles resultados que en el mismo periodo de tiempo ni siquiera pudieron lograr las máximas estrellas de nuestro deporte. Tres meses contra setenta años, ¿De verdad no tenemos la capacidad para entender que en un plazo tan corto no se pueden esperar grandes progresos?

En el caso de la arena coliseo de Guadalajara tienen en mente la institucionalización de funciones 100% femeniles así como cubrir los espacios que vaya dejando el talento que ascienda al elenco estelar del CMLL. Por lo anterior empezaron a abrirle las puertas a varias luchadoras que se desempeñan en ligas menores o que se han desarrollado en locales en donde luchan para unos pocos cientos de personas. De luchar en plazas y mercados a presentarse en grandes arenas y con la presión de estar siendo observadas por miles de espectadores. Se dice fácil, ¿Verdad?

 ¿Qué es lo que no mira la gente? Qué la mayoría de estas luchadoras no radica en Guadalajara y que a pesar de su inexperiencia y falta de nombre están invirtiendo capital privado en ellas. En efecto, ¿No sería mas fácil reducir costos y emplear solo a talento local? Lo sería y por eso el hecho de que inviertan en talento de otros estados es una muestra de su compromiso con la lucha libre femenil. No están pensando a nivel micro sino a escala nacional y estos esfuerzos por captar talento de otras regiones tarde o temprano dará muy buenos resultados.

Es muy fácil colgarse la estructura gubernamental para buscar estrellas tal y como lo hacen otros. Lo propio de una empresa privada es invertir sus propios recursos para tales fines y eso es lo que están haciendo en el CMLL.

Si hacemos un paralelismo con el fútbol femenil veremos que a pesar de la millonaria inversión en infraestructura para su desarrollo todavía se ven ejemplos de un nivel de juego muy pobre. Existen incluso páginas y cuentas que se dedican a ridiculizarlas y compararlas con ligas amateur masculinas. No se puede tapar el sol con un solo dedo y debemos de aceptar que aún les falta mucho por brindar un producto 100% de calidad, sin embargo, también empiezan a cosechar buenos resultados y seguramente en unos años veremos grandes progresos en estas ligas. ¿Por qué para algunos es tan fácil tirar la toalla?

Con una inversión mucho menor, pero con la intención de crear un ámbito de lucha libre femenil de alto nivel, el CMLL está dando pasos hacia la dirección correcta y eventualmente se verán los resultados de este trabajo. El contexto laboral vigente hizo necesario adelantar los tiempos y ampliar el número de debuts. Por ejemplo, en el pasado ya se habían visto luchadoras que debutaran en la CDMX a tan solo semanas de debutar en una filial. Zeuxis lo hizo a 85 días de debutar en Guadalajara y la meteorica Kiara a los 51. Ya se habían visto estos “debut express”, lo que no se había visto es el número en el que se hicieron el año pasado. Desde luego que esto no es negativo y que vale la pena que el CMLL lo haga. En lo personal prefiero ver a cincuenta luchadores locales de estilo convencional, o incluso del montón, que no ver ningún apoyo hacia el talento local. Solo con la perseverancia poco a poco irán mejorando los luchadores y se irán perfeccionando los mecanismos para detectar y desarrollar talento. Están partiendo de lo desconocido y no debemos de restarles mérito.

No todas van a sobresalir pero del esfuerzo de todas se irán puliendo las que si lo hagan. Esa es la dinámica.

Por supuesto que lo anterior no debe de entenderse como una licencia para ser mediocres y no presentar mejoras, sin embargo, es absurdo que al talento que apenas empieza a someterse a escenarios de alta presión y particularmente a las mujeres, se les exija algo que no han logrado ni los hombres.

Al talento emergente, sean novatos o egresados de la liga del mole que se presentan en escenarios más grandes, hay que medirlos con otra vara. Aquel que se deje llevar por sus deseos de ser un ácido critico con ellos en lugar de mostrar sapiencia, está mostrando ignorancia. Hay un margen de tolerancia para sus yerros y, además, la lógica dicta que para obtener resultados concluyentes no es suficientes con unas pocas muestras.

Vaya, este talento a menudo ni siquiera se encuentra en una situación económica que les permita invertir en su alimentación o vestuario, no están en las mismas condiciones que los más experimentados y por lo tanto no se les puede juzgar igual y exigirles que den resultados en tiempos en los que ni siquiera El Santo los dio.