lunes, 25 de julio de 2022

El Templo del Dolor.

 

Han pasado varios años desde que Arturo Casco “La Fiera” cautivó a los escenarios colíseinos y se convirtió en uno de los más grandes ídolos del CMLL. La Fiera, fue un luchador que rompió moldes y que sentó los precedentes de un estilo que, hasta el día de hoy, sigue influyendo en los modernos luchadores. Al igual que muchos, no fue profeta en su tierra.

Casco representa al último poblano que se volvió un referente de la lucha libre mexicana pues desde su partida ningún otro paisano suyo ha alcanzado su grado de influencia y protagonismo en el CMLL.
 
La arena Puebla, “El Templo del Dolor”, se ubica en la capital del estado y es un fiel reflejo de la entidad como también lo es el elenco que se prepara dentro de sus paredes. De un estado tradicionalista y conservador solo podría esperarse una filial colíseina que compartiera ambas características, de hecho, entre las tres principales sedes son ellos quienes ofrecen la propuesta de lucha de sabor más añejo.
En el mismo orden de ideas, el luchador poblano previsiblemente comparte las características físicas de los habitantes de la región, esto es, suelen ser elementos de baja talla. No obstante, sus características físicas y su propuesta tradicionalista deberían de ser más virtudes que defectos. 
 
En el caso del luchador colíseino poblano podría parafrasearse aquello de “Tan lejos de Dios y tan cerca de la CDMX” debido a que por su cercanía con Dr. Lavista y Perú 77 su sede es usada prácticamente como la quinta fecha del elenco capitalino, sin embargo, esto perfectamente también puede verse como una ventaja.
 
Es cierto que bajo la administración de la familia Mar la arena Puebla ha tenido buenas épocas, sin embargo, la ausencia de referentes en la entidad ha creado un vacío en lo que respecta a la identidad y el sello del luchador poblano. La Fiera fue un ídolo, pero no dejó escuela, los ídolos locales del pasado no trascendieron a las fronteras del estado y las hazañas de Estrella Blanca (poblano adoptivo), de tan remotas, le debe de sonar a los jóvenes como pasajes de tiempos bíblicos.
 
Loco Max y Skándalo fueron los dos nombres de luchadores poblanos que más sonaron durante la primera década del siglo XXI, sin embargo, ninguno de los dos logró la consagración. Tiempo después, durante el lapso en el cual TVC transmitió las funciones poblanas, se llegaron a conocer nombres como los de Siky Osama, Toro Bill Jr., Asturiano, Policeman y Espíritu Maligno, entre otros, coincidiendo dichas transmisiones con las apariciones furtivas de algunos de ellos en la CDMX, sin embargo, a pesar de su talento no lograron quedarse. Eran otros tiempos.
 
Varios años después, con la transmisión de las funciones por YouTube, nuevamente se vivió cierto periodo de popularidad para la arena y elenco, pero nuevamente no se pasó de apariciones furtivas y de presentaciones anecdóticas como la que el Batallón de la Muerte tuvo dentro del CMLL Informa.
 
No puede decirse que el luchador poblano sea un producto de mala calidad, al contrario, lo que sí creo es que todos los involucrados no han explotado sus cualidades a efecto de ocupar el lugar que realmente se merecen. Afortunadamente para ellos, veo indicios de que esto pueda mejorar.
 
En buena medida al éxito del proyecto del CMLL-GDL y gracias a la filosofía de la presente administración de PROMECOR, se están sentando las bases para ver lo que es la mejor etapa para la lucha libre poblana en décadas. En efecto, el intercambio de talentos y el respeto mutuo entre el elenco de la sede capitalina y tapatía, benefició de rebote al elenco poblano. El resto, es mérito absoluto de los luchadores e instructores “pipopes” cuya calidad no solo les ha permitido no desentonar del resto en sus intervenciones en la Arena México sino incluso, destacar.
 
Previo a esta etapa existía una buena selección de talento poblano pero el mismo estaba disperso, carente de identidad y sin rumbo. Hoy, finalmente Guerrero Maya Jr., Stigma, Arkalis y Pegasso integran un equipo. Su nombre, Fuerza Poblana, es poco comercial, pero tenerlos juntos ya es ganancia.
Su esfuerzo, individual y colectivo, los llevó de ser simples invitados a convertirse en protagonistas de varios de los torneos del CMLL e incluso en uno de ellos Stigma logró ganar el mundial super ligero del CMLL. La buena aceptación hacía las guerras entre escuelas colíseinas y hacía el elenco poblano, dio pie para que El Perverso volviera a la CDMX y que Rey Samuray hiciera su debut en la Arena México.

Ya hay una identidad, logros individuales y concepto –poco comercial pero ya existe-, ¿Qué falta? Retroalimentación, que lo que salga de Puebla regrese a Puebla, que los nuevos exponentes se vuelvan referentes e inspiración para los luchadores de la entidad, sinodales.
 
Decía líneas atrás que ser de poca talla no tiene que ser un defecto, ¿Por qué? Porque el luchador liviano tiene áreas de desarrollo tanto entre Los Pequeños Estrellas como entre los pesos ligeros y welter. Es por eso que deben de provechar sus características para, por lo menos, tomar por asalto estas divisiones, ser especialistas en las mismas y de ahí para el real.
 
Tampoco lo es ser vecinos de la CDMX porque eso se traduce en la posibilidad de aprender a partir de la observación de las estrellas colíseinas que pisan su estado con frecuencia o, si aumentan de nivel, tener los argumentos necesarios para que su propia afición se haga notar y exija que puedan alternar con ellos,. No verlos como usurpadores sino como una inspiración para mejorar.
 
Veo condiciones para que los cuatro elementos que integran a la fuerza poblana y los otros dos que se han presentado en la CDMX durante este año, sean punta de lanza para algo aún mejor, pero para ello se requiere de unión de grupo, voluntad y ausencia de grillas. No importa quien esté, lo importante es que estén, que el talento poblano recupere prestigio y que la suma de sus cualidades como pueblo y el espíritu del estilo recio de que caracterizó a la dinastía Mar y la creatividad de La Fiera, se apodere de ellos.
 
Hoy día, al tener al campeón súper ligero y al de las micro estrellas, ya se puede afirmar que son la escuela más dominante entre los livianos colíseinos. Queda en su directiva y en ellos saber leer el momento a efecto de mantener esta hegemonía y a partir de ahí buscar mayor protagonismo y hacer del templo del dolor una complicada aduana para cualquiera.