martes, 4 de mayo de 2021

Godzilla vs. Kong. Una mirada desde el punto de vista de la lucha libre.

La teatralidad de la lucha libre nos hace plantear una interrogante que en los deportes genuinos ni siquiera se pone sobre la mesa por lo fuera de lugar que resulta, ¿Quién DEBE de ganar? A diferencia de las competencias genuinas en donde hay reglas, sistemas de puntuación y medición para determinar al ganador, en la lucha libre para el mismo propósito se tienen en cuenta elementos subjetivos que muy a menudo no tienen nada que ver con la deportividad. Cientos de luchadores de inmenso talento deportivo no han podido destacar porque, a ojos de sus promotores, no reúnen las características de una estrella. Vaya, exceptuando a los deportes de apreciación, el carisma no es factor para definir a un ganador tal y como sucede en la lucha libre. Desde luego que en el catch todavía hay margen para la deportividad y entre los luchadores todavía subsisten códigos para decidir a un vencedor con base al mérito deportivo, sin embargo, esto cada vez es más inusual.
Esta breve explicación sirve como preámbulo para hablar de uno de los más grandes éxitos taquilleros del 2021 y analizar, desde el punto de vista de la lucha libre, la forma en la que se resolvió la batalla entre Godzilla y King Kong .Esta batalla es interesante porque, a pesar de que no fue el primer enfrentamiento entre ambos personajes, no deja de ser el choque entre dos marcas icónicas y seguramente, al momento de plantear el desarrollo de sus batallas, se trató de ser lo más salomónico posible y por eso la solución final es muy cercana a lo visto en el arte del Gotch.
La rivalidad está planteada poniendo a Godzilla como el personaje de mayor jerarquía. Un veterano que tiene su radio de acción en las grandes ciudades y que como consecuencia de su historial todavía cuenta con una buena base de aficionados, aún y cuando empieza a girar hacia el bando rudo.
King Kong está concebido como el elemento joven, un talento que se ha desarrollado exclusivamente en el ámbito local y de quien se cree que es capaz de abandonar las ligas menores y destacar en los grandes escenarios.
 
El primer enfrentamiento entre ellos es muy luchístico porque se da en un entorno completamente favorable al veterano. El prospecto tiene buenos momentos pero, finalmente, le pesa el escenario y paga derecho de piso por desafiar a la estrella de las grandes ciudades.
 
En el segundo enfrentamiento Kong ya recorrió mundo, ya encontró su nicho, se siente como en casa e incluso añade más elementos a su repertorio. Ya no es el provinciano recién llegado sino un tipo consolidado que aprovecha su mejor momento y por eso se lleva el segundo enfrentamiento.
 
El tercer y definitivo duelo es el más parejo de todos pero termina a favor del veterano. Lo interesante de este encuentro es que Kong no llega al 100 % y a pesar de que es derrotado la forma en la que se da "la cobertura o la rendición" es muy reveladora pues se hace de la forma más decorosa posible. No hay necesidad de señalar lo evidente porque a pesar de perder el match se ganó el respeto del veterano.
 
La parte final es interesante porque paralelamente se construyó a un verdadero rudo que es capaz de imitar las mejores características de Godzilla pero en una versión mas moderna y comercial. En el choque entre pares el veterano sale muy mal librado pero aquí es donde Kong juega un papel fundamental porque recibe la antorcha de su antiguo rival -literalmente- y ahora es él quien usa su talento para reivindicar al veterano y vencer a su versión moderna.
 
La solución de conflictos planteada es muy simple y salomónica porque termina impulsando y respetando a tres diferentes talentos dándole su momento a cada uno de ellos.
 
De modo tal, con este pequeño análisis podemos darnos cuenta de que es más fácil poner de acuerdo a un lagarto, un gorila y a una lagartija mecatronica que lograr que Rush no quiera resolver todas sus luchas con un golpe en los huevos…