La
teatralidad de la lucha libre nos hace plantear una interrogante que en
los deportes genuinos ni siquiera se pone sobre la mesa por lo fuera de
lugar que resulta, ¿Quién DEBE de ganar? A diferencia de las
competencias genuinas en donde hay reglas, sistemas de puntuación y
medición para determinar al ganador, en la lucha libre para el mismo
propósito se tienen en cuenta elementos subjetivos que muy a menudo no
tienen nada que ver con la deportividad. Cientos de luchadores de
inmenso talento deportivo no han podido destacar porque, a ojos de sus
promotores, no reúnen las características de una estrella. Vaya,
exceptuando a los deportes de apreciación, el carisma no es factor para
definir a un ganador tal y como sucede en la lucha libre. Desde luego
que en el catch todavía hay margen para la deportividad y entre los
luchadores todavía subsisten códigos para decidir a un vencedor con base
al mérito deportivo, sin embargo, esto cada vez es más inusual.
Esta
breve explicación sirve como preámbulo para hablar de uno de los más
grandes éxitos taquilleros del 2021 y analizar, desde el punto de vista
de la lucha libre, la forma en la que se resolvió la batalla entre
Godzilla y King Kong .Esta batalla es interesante porque, a pesar de que
no fue el primer enfrentamiento entre ambos personajes, no deja de ser
el choque entre dos marcas icónicas y seguramente, al momento de
plantear el desarrollo de sus batallas, se trató de ser lo más
salomónico posible y por eso la solución final es muy cercana a lo visto
en el arte del Gotch.
La
rivalidad está planteada poniendo a Godzilla como el personaje de mayor
jerarquía. Un veterano que tiene su radio de acción en las grandes
ciudades y que como consecuencia de su historial todavía cuenta con una
buena base de aficionados, aún y cuando empieza a girar hacia el bando
rudo.
En
el segundo enfrentamiento Kong ya recorrió mundo, ya encontró su nicho,
se siente como en casa e incluso añade más elementos a su repertorio.
Ya no es el provinciano recién llegado sino un tipo consolidado que
aprovecha su mejor momento y por eso se lleva el segundo enfrentamiento.
El
tercer y definitivo duelo es el más parejo de todos pero termina a
favor del veterano. Lo interesante de este encuentro es que Kong no
llega al 100 % y a pesar de que es derrotado la forma en la que se da
"la cobertura o la rendición" es muy reveladora pues se hace de la forma
más decorosa posible. No hay necesidad de señalar lo evidente porque a
pesar de perder el match se ganó el respeto del veterano.
La
parte final es interesante porque paralelamente se construyó a un
verdadero rudo que es capaz de imitar las mejores características de
Godzilla pero en una versión mas moderna y comercial. En el choque entre
pares el veterano sale muy mal librado pero aquí es donde Kong juega un
papel fundamental porque recibe la antorcha de su antiguo rival
-literalmente- y ahora es él quien usa su talento para reivindicar al
veterano y vencer a su versión moderna.
La
solución de conflictos planteada es muy simple y salomónica porque
termina impulsando y respetando a tres diferentes talentos dándole su
momento a cada uno de ellos.
De
modo tal, con este pequeño análisis podemos darnos cuenta de que es más
fácil poner de acuerdo a un lagarto, un gorila y a una lagartija
mecatronica que lograr que Rush no quiera resolver todas sus luchas con
un golpe en los huevos…