viernes, 20 de octubre de 2023

Cassandro: El exótico de los conservadores.

"La lucha libre está construida sobre una mentira" es una frase que suelo utilizar para referirme a la naturaleza consensuada y predeterminada del también llamado "deporte-espectáculo". En este negocio el engaño es parte esencial del mismo y el grueso de la línea que separa a la verdad de la ficción es lo que distingue a un luchador extraordinario de uno mediocre.

La actuación y la mentira son elementos que aceptamos en la lucha libre siempre y cuando estos se pongan al servicio del espectáculo, ya sea para la construcción de un personaje o el propio desarrollo de una lucha, sin embargo, cuando estas se utilizan para falsificar la historia, no son bienvenidas. Apegarse a la verdad histórica es un medio para honrar con justicia el legado de los hombres y mujeres que han formado parte de esta industria -de ahí la necesidad de desmentir las falsedades-.

El caso que hoy nos ocupa es uno de los más interesantes ejercicios de propaganda que me ha tocado ver desde que cubro la fuente de la lucha libre, es más, indudablemente es el más elaborado y de mayor alcance del siglo XXI. ¿De qué se trata? De posicionar a Cassandro como la máxima figura homosexual de la lucha libre mexicana y de paso, situarlo como uno de los luchadores más icónicos de este negocio. Nada más alejado de la realidad.

Es un hecho que a raíz de que lo descubrió la prensa progresista esta ha estado fascinado con Cassandro. La BBC, Vice y recientemente Hollywood han hecho un retrato de él que resulta muy atractivo para el perfil de su audiencia, lamentablemente, este no corresponde a su verdadero lugar dentro de la lucha libre mexicana.

En primer lugar hay que ser justos con él y admitir que es un buen luchador pero también hay que decir que su papel en la lucha libre mexicana es poco relevante. En efecto, el papel histórico de Cassandro en la lucha libre mexicana es tal que podría prescindirse de él y no cambiaría absolutamente nada en la lucha libre ni en la comunidad homosexual dentro del gremio.

El moderno mito de Cassandro parte de afirmar que él es el primer luchador mexicano abiertamente homosexual, afirmación que es completamente falsa. En efecto, al menos cuatro años antes del debut de Cassandro, el gladiador conocido como "Apolo" Navarro -hermano del afamado "Negro" Navarro- vivía abiertamente su homosexualidad e incluso fue portada de "Macho Tips" una de las primeras revistas eróticas mexicanas enfocadas al mercado homosexual. Navarro, gracias a su relación con la activista "Miss Alex", también formó parte de los colectivos homosexuales que pugnaban por los derechos de su comunidad durante la década de los ochentas. Su rol en la lucha libre mexicana fue pequeño pero esa no es razón para borrarlo de la historia, más aún, cuando pertenece a una dinastía de luchadores profesionales que al día de hoy sigue vigente gracias a sus sobrinos "Los Trauma".

Antes de Navarro existieron Henry Piluso, Chris Colt y Ricky Starr. Personajes que por si mismos valdrían un post completo.

Una segunda afirmación sobre la que se construyó el mito de Cassandro y que es posverdad pura es el hecho de afirmar que la lucha libre mexicana es abiertamente homofóbica. Al respecto puedo decir que si bien es cierto que no se puede afirmar que el pancracio sea "gay friendly" no menos cierto es que para algunos el ambiente en vestidores podría etiquetarse como "homoerótico" -en el año que se produce el debut de Cassandro todavía era muy común que un alto porcentaje de luchadores convivieran desnudos en los vestidores-. Es más, existen testimonios de luchadoras profesionales que afirman que para tratar de expulsarlas de los vestidores era común que algunos de sus colegas se pasearan desnudos enfrente de ellas (no refieren haber sentido que dicha conducta fuera tendiente a acosarlas sexualmente, más bien indican que era para obligarlas a salir de los vestidores). 

De hecho, Alejandro Jodorowsky en su película "Santa Sangre" retrata fielmente el ambiente en las regaderas. La escena en los vestidores de la arena coliseo del CMLL no es obra de la "psicomagia" característica del director de cine, es una realidad. Al respecto cabe decir que para la famosa escena de lucha libre en donde buena parte del elenco del CMLL es sometido por un luchador transexual, no hubo ninguna negativa para intervenir en la misma de parte de los luchadores ni de su empresa.

Ahora bien, no esta demás decir que la lucha libre profesional mexicana desde hace décadas es uno de los espectáculos más diversos pues en él coexisten personas con una amplia variedad de físicos y géneros. En el caso de la comunidad gay sus integrantes han alcanzado las más altas posiciones de poder y al menos dos de los diez mejores promotores de lucha libre mexicana de todos los tiempos, eran homosexuales.

En este punto tenemos que no solo Cassandro no fue el primer luchador mexicano abiertamente homosexual sino que además es muy debatible la homofobia del gremio de la que refiere haber sido víctima -aunque es un hecho que Henry Piluso fue víctima de ella-. ¿Entonces por qué  Cassandro es tan famoso? Para no remontarme a la prehistoria de los luchadores exóticos únicamente me referiré al año de 1991por haber sido clave para el genero. ¿Qué pasó en dicho año? Del norte del país llegaron al Estado de México -una entidad fundamental para la lucha libre mexicana- una pareja de luchadores exóticos abiertamente homosexuales que de inmediato se ganaron el corazón del público (May Flower y Pimpinela Escarlata). El dueto hizo equipo con el veterano Rudy Reyna, un luchador gay que en la década de los setentas realmente se enfrentó a un contexto hostil, de hecho, si me dieran a leer la actual biografía de Cassandro pero censurando su nombre, yo pensaría que la misma se trata de la historia de Rudy Reyna. 

En fin, paralelamente al debut de May Flower y Pimpinela Escarlata en el Toreo de Cuatro Caminos también se presentó Cassandro en dicho recinto. Lamentablemente para él, no alcanzó el nivel de popularidad de aquellos y eventualmente desapareció de la escena. Con el correr de los años los llamados "exóticos de 91" se incorporaron a la popular empresa Triple A y ambos formaron parte de conceptos muy exitosos dentro de ella e incluso Pimpinela Escarlata alcanzó el estatus de ídolo.

Eventualmente la fama de Pimpinela Escarlata cayó a la par de la popularidad de su empresa empleadora y finalmente fue reemplazado en fama por Máximo, el exótico del CMLL quien a su vez "le devolvió" el título de la popularidad a Pimpinela a mediados de la década pasada para que este lo cediera en definitiva a Mamba, Las Shotas y finalmente, Dulce Gardenia. Es decir que estamos hablando de un lapso de tiempo de más de 30 años en donde JAMÁS Cassandro logró ser el exótico más popular de la escena mexicana. ¿Entonces por qué es tan relevante?

Lo es por un hecho que él no suele publicitar y que tampoco ha aparecido en ninguna de las entrevistas y documentales que se le han realizado en el extranjero, esto es, porque es un luchador exótico domesticado que se revaluó como personaje a costa de satisfacer al conservadurismo. En efecto, el momento clave para su reaparición en la escena nacional se debió a que se publicitó como lo opuesto a Pimpinela Escarlata y bajo la consigna de ser un exótico que "no denigraba a la lucha libre".

 ¿A qué se refería exactamente Cassandro con "denigrar a la lucha libre"? Se refería a que prometía tener un espectáculo sin besos entre hombres ni cachondeo entre él y sus rivales. Así es, lo denigrante para él eran el cachondeo homosexual tan característico en la rutina de Pimpinela Escarlata. Resulta entonces que el moderno icono de la comunidad LGBTIQ, en su afán de no herir las susceptibilidades de los conservadores, prometía un "show familiar" caracterizado por el glamour y con la garantía de no faltarle el respeto al público con un beso entre dos hombres. Contradictorio a más.

Es una realidad que Cassandro elevó sus bonos cediendo ante el conservadurismo del que hoy tanto reniega y habiendo adoptado el discurso homofóbico del que dice haber sido victima. Haberse vendido como lo opuesto a Pimpinela fue la llave que le abrió las puertas en el circuito independiente mexicano, la empresa estadounidense Lucha VaVoom y, finalmente, la empresa encabezada por El Hijo del Santo (responsable de haberlo llevado de gira a Londres). Con su internacionalización vino una modesta fama tanto en Estados Unidos como Europa pero eventualmente llamó la atención de sus respectivos periodistas quienes, con agenda progresista en mano, reescribieron su historia, lo situaron como un icono de la rebeldía y de la discriminación en el machista mundo de la lucha libre mexicana.

En lo personal estimo a Cassandro como un buen luchador profesional y poseedor de una rutina de lucha libre práctica, bien ejecutada y funcional, sin embargo, temo concluir que él no es el fenómeno que describen los reporteros británicos y estadounidenses sino que más bien él es un instrumento de propaganda progresista que mientras les siga siendo útil, seguirá acrecentando su fama y tal vez, algún día, sea recordado como lo que nunca fue: el más grande y disruptivo luchador exótico en la escena mexicana..