miércoles, 9 de septiembre de 2015

La leyenda coliseina vs. el hombre mas brillante de su generación: La Jerarquía.

El talento, la dedicación, la preferencia del público y la visión de los programadores pueden convertir a un luchador en una estrella. Una buena administración puede hacer la diferencia entre ser un luchador del montón y ser el centro del espectáculo. Las buenas decisiones, la búsqueda de la independencia y la buena administración financiera de los luchadores puede facilitar ese camino y ayudarlos a irse distinguiendo de los demás. Todo lo anterior se va reflejando en mas fechas, mejores eventos, mejores ganancias, mejores condiciones laborales, imposición de condiciones, giras, campeonatos, luchas de apuestas, respeto. Todo lo anterior va creando un currículo, un estatus, algo que en la lucha libre se conoce simplemente como la jerarquía.

Cada arena, cada triunfo, cada plaza, cada empresa, cada rival te da una diferente jerarquía y, por lo general, los luchadores respetan este orden jerárquico aunque, a menudo, es obvio que los menos favorecidos van a buscar escalar peldaños y los luchadores con más experiencia o se vuelven tipos inflexibles que imponen condiciones absurdas o permiten un mayor equilibrio en su record de luchas al no tratar de comerse el pastel ellos solos.

Una carrera bien cuidada definitivamente dará pauta para distinguirse del resto. Algunos por lesiones, retiros prematuros, salud, mala situación financiera o poco éxito se iran haciendo a un lado y entonces la brecha entre los luchadores más veteranos pero bien administrados se hará más grande con relación a las nuevas promesas de la lucha libre. Es una carrera de resistencia.

En la actualidad son muy pocos los luchadores que, como es el caso de Atlantis, tras pasar de los cincuenta años pueden presumir de tener un estatus como luchador que los sitúa muy por encima del resto. Entre aquellos luchadores que construyeron y no heredaron un mito, o bien, que no se han prestado a fraudes o a volver a enmascararse, tenemos que solo Canek, Mil Máscaras y Atlantis, tienen trayectorias que, sin dudarlo, les permitiría "pedir mano" por encima de prácticamente cualquier luchador.


Atlantis no tiene una carrera internacional, pero tiene una carrera nacional extraordinariamente bien administrada, acorde a su edad y desarrollada en el máximo escenario. Circunstancias que, por descuido o mala suerte, algunos otros han tenido que hacer a un lado para tratar de mantenerse vigentes en detrimento de sus mejores y extraordinarios años.

Bajo este escenario ni duda cabe que la brecha entre Atlantis y La Sombra es inmensa. El primero de ellos ya se codea con las máximas estrellas de nuestro deporte mientras que el segundo todavía busca un lugar entre los voladores, clowns, místicos y demás contemporáneos. Estamos hablando de niveles completamente diferentes, estamos hablando de alguien que ya hizo todo lo que tiene que hacer, que no tiene nada que ganar y si mucho que perder en contra de alguien que tiene una carrera tan corta que, pese a lo brillante de la misma, podría perderse en algunos años tal y como le ha sucedido a varios en el pasado.

Canek (63 años), Mil Máscaras (73 años), Atlantis (52 años), Rayo de Jalisco Jr. (55 años), Hijo del Santo (52 años) y, por la extraordinaria fama que llegó a tener, Octagón (54 años), son algunos de los escasos nombres que forman parte de un club que pueden imponerle condiciones a cualquiera. Es inusual que alguien con menor jerarquía se imponga a un monstruo de este tipo, pero no es imposible, hace no mucho tuvimos una combinación de hombre y equipo que pudo aspirar a eso, lamentablemente, de aquella fórmula del príncipe de plata y oro ya no queda nada.

En lo personal no me gustan las luchas con tanta diferencia de edad pues pueden restarle credibilidad a la lucha libre. Desde el punto de vista del luchador puede ser halagador perder ante un luchador de este tipo pero desde el punto de vista deportivo es un resultado cuestionable aunque, claro, nadie quiere ver perder a un luchador de esta clase en contra de alguien que, teniendo los méritos técnicos, todavía no tiene el suficiente nombre. Eso nos llevaría al eterno problema ¿cómo hago nombre sino es a costa de otros hombres?

El resultado: Bajo el criterio de la jerarquía Atlantis no tiene ninguna posibilidad de perder en contra de alguien como La Sombra. El vencedor sería el ídolo de los niños.

Excepciones: En el pasado, problemas de salud o económicos han llevado a varios luchadores a aceptar luchas de apuestas ante rivales de menor monta con tal de ayudarse a enfrentar una crisis. Ignoro la situación personal de Atlantis pero, en este rubro como en los otros, hay excepciones que podrían alterar a la regla.

IMG/SuperLuchas