lunes, 6 de febrero de 2023

La sangre en la lucha libre: ¿Pundonor o pereza?

Para entrar en materia debo de partir de una realidad que, al día de hoy, varios se niegan a aceptar: La lucha libre profesional de ayer, de hoy y de siempre es un ESPECTÁCULO cuyas evoluciones son consensuadas y su resultado, predeterminado. Al momento de subir al ring no existe tal cosa como un "combate a muerte" cuyo resultado está en el aire, no, la lucha libre profesional es esencialmente LA REPRESENTACIÓN de un combate de lucha libre (el deporte) cuyo resultado se define por intereses comerciales (de propaganda) o de narrativa. Quien ejerce como luchador desde el primer minuto acepta ser parte de una dinámica en donde ganar o perder tiene que ver más con un capricho que con la disputa de una medalla de oro en los juegos olímpicos.

Tras de leer lo anterior es seguro que más de un purista ya estará escupiendo espuma por la boca y que ya tienen en la punta de la lengua aquello de "Si la lucha libre es falsa, ¿Entonces por qué hay lesiones y hasta han muerto luchadores?". La respuesta a esa falacia es muy simple: porque la lucha libre profesional es tangible y su ejercicio debe de ser catalogado como una actividad de alto riesgo, sin embargo, lo anterior no modifica a su naturaleza consensuada y predeterminada.
En efecto, creer que las lesiones, los fallecimientos y la sangre son una prueba irrefutable de "la realidad" de la lucha libre es tanto como creer que los acontecimientos ocurridos en "The Crow" son reales porque Brandon Lee falleció durante la filmación de la película, o bien, concluir que una asistente que accidentalmente se cortó con el filo de una espada durante un acto de magia, realmente fue partida en tres partes. La actuación, la magia y la lucha libre profesional son actividades reales que pueden tener consecuencias reales -incluso fatales-, pero su trasfondo es ficticio.
¿Acaso no existen deportes de contacto que también son consensuados y que no por esto pierdan el rango de competencia genuina? Por supuesto. En las artes marciales también existe el consentimiento pero a diferencia de la lucha libre profesional este únicamente consiste en LA POSIBILIDAD de ser lastimado en competencia, sin embargo, durante el desarrollo de la misma sus contendientes van a emplear técnicas defensivas para recibir el menor daño posible pero atacarán con el propósito de CAUSAR EL MAYOR DAÑO POSIBLE. Esto último marca una gran diferencia con la lucha libre profesional porque en esta actividad quien es atacado no solo permite el ataque sino que incluso lo facilita y hasta colabora con su rival. En el mismo orden de ideas quien ataca lo hace tratando de causar el menor daño posible y de hecho entrena con sus colegas la manera de realizar los ataques de forma segura, procurando en todo momento la integridad física de sus rivales e incluso buscando medios alternos para dar la apariencia de causar mayor daño del que realmente se produce.
En las competencias genuinas un peleador es capaz de ver que su rival está cayendo noqueado y aún así ira detrás de él para conectarle un par de golpes más. Un boxeador que vaya muy abajo en las tarjetas buscará el "knock out" en el último round para así llevarse la victoria -se dice fácil pero en palabras simples esto implica buscar la conmoción de su adversario-. Vaya, incluso en los deportes de conjunto hay ocasiones que ante la superioridad del rival alguno de los jugadores intentará diezmar a un adversario mediante violencia física. Reitero, lastimar no forma parte de la lógica de la lucha libre y si se entiende esto será más fácil comprender lo siguiente.
¿Por qué se usa la sangre en la lucha libre? Porque a diferencia de las competencias deportivas genuinas la lucha libre profesional carga con el estigma de ser una actividad arreglada -una estafa dirían los más severos críticos del pancracio-. Luego entonces para tratar de defender su realidad se hizo necesario contar con una evidencia que fuera lo más gráfica y explicita posible, siendo la sangre la opción más lógica y morbosa posible.
La sangre apela al instinto, es atavismo puro, no se puede ser indiferente ante la misma y en muchos casos su presencia en artes marciales le dispara la adrenalina a los espectadores, por eso es tan funcional. Su uso en la lucha libre es un RECURSO válido pero en realidad la sangre dista mucho de ser el punto máximo de pundonor y de entrega que quieren vendernos, por el contrario, suele ser un disfraz de la haraganería y en su uso hay varias pistas que permiten inferir que, en realidad, su presencia no es más que otro recurso escénico.

Así es, quien está familiarizado con las artes marciales o aquel que tenga una respetable cultura general, de seguro sabe que las partes del rostro más sensibles a los golpes son las cejas, los párpados, la boca, la nariz y los pómulos. Curiosamente, la sangre en la lucha libre rara vez se produce en estas zonas del rostro y por lo general únicamente se produce en la frente, una de las partes más duras de la cabeza. ¿Por qué entonces la frente se corta tan fácilmente en la lucha libre?

Para contestar a esa pregunta previamente hay que decir que, debido a las mismas razones por la que la sangre se incorporó a la lucha libre profesional, esta actividad cuenta con el peor y más anti higiénico tratamiento hacia los cortes en el rostro. En  efecto, en otras actividades no solo se necesitan de guantes para atender un corte sino que la prioridad es detener la hemorragia, sin embargo, en la lucha libre profesional la intención es que la sangre sea lo más escandalosa posible. De hecho, entre luchadores no hay ningún reparo en manipular de forma anti higiénica una herida e incluso exponen flujos salivales sobre de ella. ¿Por qué? Porque la intención es ser explícitos.
Luego entonces, si la intención es ser explícitos y además la lucha libre es un espectáculo consensuado y predeterminado en donde no existe la intención de dañar al adversario, ¿será posible que la sangre también sea consensuada y predeterminada? Por supuesto que lo es. Durante años la lucha libre profesional mexicana deliberadamente ha tratado que el punto de debate sobre la sangre se centre exclusivamente en si esta es real o no y lo han hecho así porque es fácil demostrar  que se usa sangre legitima -aunque es verdad que hay quienes usan "efectos especiales"-. En realidad, las verdaderas preguntas incómodas respecto a la sangre debieran de ser, ¿Se produce de forma consensuada? y ¿La sangre es resultado de un corte auto infligido?

Por supuesto que la sangre en la lucha libre es consensuada y por supuesto que es auto infligida. Son mínimos los casos en donde la sangre se produce de forma espontanea pero por lo regular esta se va a lograr con la técnica que en los Estados Unidos es conocida como "blading" y que no es otra cosa que hacerse un corte en la frente con un objeto filoso. Esto explica porque la sangre se produce en la frente y no en partes del rostro mucho más vulnerables y también explica porque estos cortes no dejan un "tajo" ni las huellas propias de un golpe capaz de abrir una frente.

¿Acaso no has visto la frente del Perro Aguayo? En la misma lógica de que para probar la autenticidad de la lucha libre se necesitaba de una "prueba" lo más gráfica posible, eventualmente la lucha libre mexicana se distanció de la escuela tradicional y en lugar de usar cortes horizontales -que cicatrizan de forma más discreta- eligieron hacerse los cortes verticales que popularizó Abdullah "The Butcher" -que eventualmente producen grotescas cicatrices-. Las cicatrices daban estatus a quienes las tuvieran aunque en realidad, tal y como puede verse en los casos del Perro Aguayo y del Villano III, haber recibido tantos golpes en la cabeza de forma consuetudinaria lo único que les provocó fue un daño irreversible a nivel cerebral -ese fue el verdadero costo de haber recibido golpes que les daban pie al uso del "blading"-. 
El show de la sangre produce una sensación de falsa seguridad en sus practicantes debido a que el uso de objetos contundentes que dan pie a que los luchadores vendan el posterior corte, rara vez provocan el corte mismo. En consecuencia, el luchador siente que realiza el movimiento de forma segura aunque, al final, lo único que logra es acumular golpes en el cerebro que eventualmente van a repercutir en su calidad de vida. La sangre se encuentra sobrevalorada y a menudo su uso se utiliza para disimular rutinas mediocres. Gracias a ella varios luchadores sin talento, holgazanes y carentes de creatividad logran un inmerecido respeto. Como recurso su uso es válido pero hay que dejar en claro que, en todas aquellas buenas luchas en donde hubo sangre, estas seguirían siendo tales aún y cuando la misma no hubiera estado presente, por el contrario, sin la sangre, quedaría expuesto el nulo talento de varios.

La sangre en la lucha libre no es sinónimo de pundonor ni tampoco es el punto más alto de profesionalismo y de entrega que se puede alcanzar, al contrario, es un recurso barato. Por ejemplo, sobran casos de luchadores que tienen una mala tarde pero que es claro que tuvieron que entrenar durante varias horas para poder realizar movimientos que duran fracciones de segundo. ¿Que a veces no les salen? ni hablar, todos tienen una mala tarde pero es injusto que se lleven la etiqueta de "los peores de la noche" mientras que otros que nada mas salieron a cortarse la frente y se pusieron a intercambiar golpes y patadas "son los más rifados" aunque, en realidad, sean los más huevones y menos talentosos del gremio