viernes, 11 de septiembre de 2015

La leyenda coliseina vs. El hombre más brillante de su generación: El factor deportivo.

Se dice que la lucha libre es un deporte-espectáculo, definición que aunque es una de las más aceptadas no deja de estar sujeta a polémicas. Me queda claro que el luchador es un deportista, es más, podemos considerarlo un atleta, de hecho, hay casos como los del Negro Casas en donde, muy probablemente, estamos en presencia de un atleta de alto rendimiento. 

También me queda claro que la lucha libre no es una competencia deportiva, pues la misma demanda un grado de colaboración entre adversarios que anula por completo a la posibilidad de ver una competencia real que se defina por las habilidades y estrategias de cada luchador. En buena medida, en este negocio el resultado es predeterminado.

Esta ausencia de competitividad es lo que le da a la lucha libre el ingrediente que la hace tan especial: La posibilidad de brindar espectáculos que garanticen puntos de dramatismo y emoción que puedan escapar de la monotonía en la que suelen caer otras competencias.

También, gracias a la falta de competencia es que tenemos a la mayoría de llaves que distinguen a la lucha libre, ni que decir de los castigos de poder o los lances suicidas que, en un esquema de competencia, serian prácticamente imposibles de llevarse a cabo.


Ahora bien ¿El factor deportivo está completamente excluido de la lucha libre? A mi entender, no, el factor deportivo sí suele marcar diferencias al momento de resolver una disputa luchística, nada más que esta competencia suele acontecer debajo del ring.

En otra ocasión hablaba de como se construyen las jerarquías, pues bien, la habilidad técnica, la potencia física y los conocimientos suelen establecer un respeto entre los luchadores. Quienes sepan manejar esa ventaja tienen una herramienta a su favor aunque, siendo honestos, no todos los luchadores, ni en todas las empresas suele ser un factor decisivo. Hay cientos de historias en las que el más capaz no pudo destacar por no ser sobresaliente en el resto de habilidades que se le piden a un luchador.

En este sentido ¿Quién es mejor, Atlantis o La Sombra? Atlantis es un hombre de 52 años, técnicamente lo situó como un luchador con un nivel técnico poco arriba del promedio, con evoluciones pulcras y bien ejecutadas. No es un hombre muy espectacular, tampoco es el más veloz, ni el más fuerte. Es un hombre muy experimentado, sereno pero que nunca permite que lo intimiden. Es un buen deportista, lamentablemente para él, ya es un luchador veterano y, siendo honestos y haciendo a un lado las ridículas posturas románticas, debemos de entender que en un paso normal de la naturaleza las habilidades se van diezmando: la fuerza, la velocidad, la capacidad de recuperación e incluso la agilidad mental, todo se reduce con el paso del tiempo. 


En el caso de la Sombra hablamos de un hombre que se encuentra en sus veintitantos años. Técnicamente, a diferencia de Atlantis, no es tan limpio en sus evoluciones, suele tener defectos en su técnica, pero dichos defectos se presentan en su técnica de "figureo" mas no  en los principios de la lucha libre en donde es un luchador más que respetable. Físicamente es joven, es muy hábil y es un luchador muy fuerte, se encuentra en su momento. En cuestión de experiencia tal vez no tenga los años como profesional que tiene Atlantis pero, por ejemplo, ha tenido una experiencia internacional muy superior a la del ídolo de los niños. Mientras que a Atlantis sus viajes a Japón no le causaron mayor impacto en su estilo, tenemos que en el caso de La Sombra fueron esas giras las que marcaron un antes y después en su carrera.

Aunque a menudo se suelan decir cosas como si x luchador veterano enfrentará a un hombre más joven de seguro le daría una lección y “trapería el piso con él”, pero seamos francos, un hombre técnicamente bien preparado, pero ya veterano, seguramente derrotaría fácilmente a un hombre sin entrenamiento o con pocas habilidades técnicas, pero ese mismo hombre veterano ya tendría muchos problemas para poder derrotar a un adversario que tuviera un nivel de habilidades situados en la media y seguramente ya le sería muy difícil derrotar a un luchador joven con habilidades superiores al promedio, es más, para este punto lo más probable seria verlo derrotado. Ni que decir si la lucha fuera ante un hombre más joven y con destacadas habilidades (en donde la derrota para el veterano seria el resultado más probable)

El del ejemplo es un luchador veterano con buenas habilidades técnicas al que en un momento determinado le sería muy difícil o casi imposible derrotar a un luchador más joven, el factor físico sería determinante, así lo marca la historia del deporte y de la vida. Bien, en la lucha del 82 aniversario tenemos a un Atlantis a quien, como ya lo mencioné, lo considero un luchador con habilidades superiores al promedio, un estilista, desde luego, pero pese a su escuela no lo veo como un luchador top en ese rango. Su rival en cambio es un hombre que para su edad tiene habilidades muy especiales, alguien que está en su momento y que es uno de los mejores atletas del CMLL así que no tengo la menor duda de que si la lucha se resolviera por el aspecto deportivo La Sombra seria el vencedor.

Resultado: Los deportes de contacto no mienten, en igualdad de condiciones o ante una diferencia mínima en las mismas, tenemos que en un combate entre un veterano y un joven el resultado suele ser a favor del elemento más joven. El factor físico pesa.


Excepciones: La dinámica de la lucha libre es una excepción en sí misma, el factor competencia suele quedar excluido y esa es la pequeña gran excepción en esta teoría.

IMG/ FMLL