El talento, la dedicación, la preferencia del público
y la visión de los programadores pueden convertir a un luchador en una
estrella. Una buena administración puede hacer la diferencia entre ser un
luchador del montón y ser el centro del espectáculo. Las buenas decisiones, la
búsqueda de la independencia y la buena administración financiera de los
luchadores puede facilitar ese camino y ayudarlos a irse distinguiendo de los
demás. Todo lo anterior se va reflejando en mas fechas, mejores eventos,
mejores ganancias, mejores condiciones laborales, imposición de condiciones,
giras, campeonatos, luchas de apuestas, respeto. Todo lo anterior va creando un
currículo, un estatus, algo que en la lucha libre se conoce simplemente como la
jerarquía.
Cada arena, cada triunfo, cada plaza, cada empresa,
cada rival te da una diferente jerarquía y, por lo general, los luchadores
respetan este orden jerárquico aunque, a menudo, es obvio que los menos
favorecidos van a buscar escalar peldaños y los luchadores con más experiencia
o se vuelven tipos inflexibles que imponen condiciones absurdas o permiten un
mayor equilibrio en su record de luchas al no tratar de comerse el pastel ellos
solos.
Una carrera bien cuidada definitivamente dará pauta
para distinguirse del resto. Algunos por lesiones, retiros prematuros, salud,
mala situación financiera o poco éxito se iran haciendo a un lado y entonces la
brecha entre los luchadores más veteranos pero bien administrados se hará más
grande con relación a las nuevas promesas de la lucha libre. Es una carrera de
resistencia.
En la actualidad son muy pocos los luchadores que,
como es el caso de Atlantis, tras pasar de los cincuenta años pueden presumir
de tener un estatus como luchador que los sitúa muy por encima del resto. Entre
aquellos luchadores que construyeron y no heredaron un mito, o bien, que no se
han prestado a fraudes o a volver a enmascararse, tenemos que solo Canek, Mil
Máscaras y Atlantis, tienen trayectorias que, sin dudarlo, les permitiría
"pedir mano" por encima de prácticamente cualquier luchador.
Atlantis no tiene una carrera internacional, pero
tiene una carrera nacional extraordinariamente bien administrada, acorde a su
edad y desarrollada en el máximo escenario. Circunstancias que, por descuido o
mala suerte, algunos otros han tenido que hacer a un lado para tratar de
mantenerse vigentes en detrimento de sus mejores y extraordinarios años.
Bajo este escenario ni duda cabe que la brecha entre
Atlantis y La Sombra es inmensa. El primero de ellos ya se codea con las
máximas estrellas de nuestro deporte mientras que el segundo todavía busca un
lugar entre los voladores, clowns, místicos y demás contemporáneos. Estamos
hablando de niveles completamente diferentes, estamos hablando de alguien que
ya hizo todo lo que tiene que hacer, que no tiene nada que ganar y si mucho que
perder en contra de alguien que tiene una carrera tan corta que, pese a lo
brillante de la misma, podría perderse en algunos años tal y como le ha sucedido
a varios en el pasado.
Canek (63 años), Mil Máscaras (73 años), Atlantis (52
años), Rayo de Jalisco Jr. (55 años), Hijo del Santo (52 años) y, por la
extraordinaria fama que llegó a tener, Octagón (54 años), son algunos de los
escasos nombres que forman parte de un club que pueden imponerle condiciones a
cualquiera. Es inusual que alguien con menor jerarquía se imponga a un monstruo
de este tipo, pero no es imposible, hace no mucho tuvimos una combinación de
hombre y equipo que pudo aspirar a eso, lamentablemente, de aquella fórmula del
príncipe de plata y oro ya no queda nada.
En lo personal no me gustan las luchas con tanta
diferencia de edad pues pueden restarle credibilidad a la lucha libre. Desde el
punto de vista del luchador puede ser halagador perder ante un luchador de este
tipo pero desde el punto de vista deportivo es un resultado cuestionable
aunque, claro, nadie quiere ver perder a un luchador de esta clase en contra de
alguien que, teniendo los méritos técnicos, todavía no tiene el suficiente
nombre. Eso nos llevaría al eterno problema ¿cómo hago nombre sino es a costa
de otros hombres?
El resultado: Bajo el criterio de la jerarquía Atlantis no tiene
ninguna posibilidad de perder en contra de alguien como La Sombra. El vencedor
sería el ídolo de los niños.
Excepciones: En el pasado, problemas de salud o económicos han
llevado a varios luchadores a aceptar luchas de apuestas ante rivales de menor
monta con tal de ayudarse a enfrentar una crisis. Ignoro la situación personal
de Atlantis pero, en este rubro como en los otros, hay excepciones que podrían
alterar a la regla.
IMG/SuperLuchas